Te invito a preguntarte: ¿Cómo debe ser una relación de pareja? ¿Qué hace que una relación sea sana? ¿Cómo van los signos de salud de tu relación actual? Compara tus respuestas a la luz de estas características de una relación de pareja sana y descubre si estás en realidad en una relación de pareja saludable
Características de una relación de pareja sana
Antes que nada te dejo claro que, como tú, sé de todo esto por aciertos y desaciertos en relaciones pasadas. Aquí hay un mix de ideas y opiniones traídas de horas de terapias con pacientes, conversaciones con amigo/as y ex’s. Hoy estoy en paz y me siento preparado para hablar de ello.
Estas son las características de una relación de pareja sana.
Cada quien se responsabiliza de su propia felicidad y contribuye a la felicidad del otro

La actitud hacia la felicidad es una elección. Es un mito del amor romántico pensar que una persona es responsable de hacer feliz a otra. Cuando haces responsable a otra persona de tu propia felicidad estás dando cuenta de tu incapacidad para ser feliz por ti mismo/a y automotivarte.
La única persona responsable de hacerte feliz a plenitud eres tú. Es infantil desafiar a tu pareja haciéndola responsable de tu felicidad o concediéndole el control de ella. Si lo estás haciendo y la reprochas, diciendo: “tú no me hace feliz”, tu relación va a terminar mal.
Los miembros de una relación de pareja sana saben y tienen claro que su par no es responsable sino contribuyente de su felicidad. Tu pareja te suma felicidad, te hace más feliz con actos y demostraciones de atención y compromiso pero no es creadora ni responsable directa de tu felicidad.
Tienen una valoración realista del otro y una actitud optimista acerca de cómo mejorar los conflictos de la relación

Los miembros de relaciones sanas, saben a dónde quieren llegar y tienen un criterio realista acerca de quién es realmente la persona que está a su lado. Esa valoración realista es consecuencia de no idealizar a su pareja. Esto significa no sobrevalorar, ni subestimar las cualidades o debilidades de tu compañero/a.
Por eso, las parejas saludables saben qué esperar y qué no de su pareja. Y lo hacen sin resentimientos, evitando reproches y acusaciones.
De esta forma, aprenden a regular las expectativas que ponen en su pareja sin sufrir decepciones del mismo modo en que aprenden a resguardar la salud mental de cada uno a través del control realista de expectativa.
Una relación sana no es una relación perfecta de seres perfectos. Es una relación funcional. Dónde cada quien, se vale de sus recursos y su propio estado de bienestar para favorecer los signos de salud y el destino de la relación.
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Las relaciones de pareja saludables y funcionales tienen una perspectiva diferente al momento de ver y abordar sus problemas. Ya que ven sus problemas como problemas que se pueden resolver. Con ese enfoque abordan sus conflictos y desacuerdos.
Los miembros de una relación de pareja sana no piden confianza. La ganan y otorgan

Valoran la confianza como una expresión evolucionada de su relación de pareja. Como resultado, de hacerse cargo de su propia felicidad, cada uno y cada cual se reconoce y valora como una persona interdependiente.
Esto les permite, hacer un buen balance entre: i) la libertad concedida y exigida, ii) regular sentimientos de inseguridad y seguridad -aún cuando existan celos por antecedentes de infidelidad-, y iii) contar con más disposición para otorgar confianza.
A diferencia de las personas interdependientes, las personas codependientes y dependientes, de forma justificada o no, tienden a establecer en periodos de crisis relaciones tóxicas y patrones de conducta obsesiva que rayan en lo patológico, basados en el ejercicio del poder a través de actos de control, restricción y prohibición que terminan desencadenando en sus parejas reacciones defensivas, comportamientos evasivos y engaños en todas sus formas y consecuencias.
Si estás literalmente «encima» de tu pareja, considera tu relación una muerte anunciada.
Practican la comunicación empática para precisar las emociones del otro

Las parejas saludables escuchan sus emociones. Si bien es cierto que la comunicación asertiva favorece el entendimiento íntimo de pareja a través de conversaciones profundas y sinceras, la comunicación empática es crucial para el equilibrio emocional de la relación.
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La comunicación empática es un tipo de comunicación que se centra en la actitud atenta hacia los sentimientos y emociones del otro. Su objetivo es validar la congruencia entre lo que dice y siente nuestro interlocutor. Expresiones como: “Sí pero no”, un “no” rotundo con cara de “sí”, o verbalizaciones antagónicas -como gran parte de las letras de canciones de Ricardo Arjona- son un ejemplo claro de una comunicación fuera de comunicación.
La comunicación empática pertenece al campo de la sensibilidad, la perspicacia, la intuición, y su fin es precisar la autenticidad y sinceridad de las emociones del otro a través de sus palabras, entorno a sus palabras y al margen de sus palabras. ¿Cómo estás conversando con tu pareja?
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Los miembros de las parejas sanas se eligen por placer no por necesidad
Elegir una pareja es un acto psicológico de principio a fin. Deriva de procesos de pensamiento reflexivos con alta carga de valoración emocional como el autoconocimiento, autoconcepto y autoestima. Esto significa que si tu nivel de autoestima es bajo, tenderás a elegir parejas que te lo recuerden y viceversa.
Las personas que conforman parejas sanas, hacen elecciones de pareja desde el estado de placer positivo que les produce un claro y profundo conocimiento de su historia personal y proyecto de vida. Tras este estado de “claridad emocional”, logran el disfrute de sus relaciones y evitan opciones de pareja por conformismo, necesidad y obligación.
Cher en el video, explica muy bien esto de una forma muy práctica y graciosa, desde la posición de una mujer heterosexual.
Y ahora que conoces estas cinco características de una relación de pareja sana, cuéntame ¿cómo van los signos de salud de tu relación?